Ministerio de Ciencia e Innovación

Las nuevas modalidades terapéuticas y la inmunoterapia revolucionarán el pronóstico del cáncer de pulmón en la próxima década

Luis Miguel Seijo, coordinador de la Línea de Investigación en Cáncer de Pulmón del CIBERES
CIBER | jueves, 29 de septiembre de 2016

El de pulmón es el cáncer más letal. La supervivencia a cinco años sigue siendo muy baja, del 12%. El pronóstico apenas ha mejorado en los últimos años, al contrario de lo que ocurre con otros tipos de cáncer. Mejorar su detección y dar con terapias más efectivas son los grandes retos de la investigación en este campo. En ello trabaja la Línea de Investigación en Cáncer de Pulmón del CIBERES, que coordina Luis Miguel Seijo.

-Frente a los grandes avances que sí se están dando en los últimos años en otros tipos de cáncer, el pronóstico del cáncer de pulmón apenas ha mejorado, ¿a qué se debe?

-Esto obedece fundamentalmente a dos razones. Por un lado, históricamente el problema ha sido que se detecta tarde. Hasta hace poco no existía el cribado o la detección precoz del mismo, y se diagnosticaba cuando era clínicamente aparente. Esto influye mucho en el pronóstico, porque los pacientes presentan síntomas cuando el tumor ya está avanzado. La otra razón por la que no ha habido grandes cambios es que la quimioterapia del cáncer de pulmón, basada sobre todo en compuestos de platino, no ha sido muy eficaz. Ahora esto está cambiando, con nuevas modalidades terapéuticas que van a revolucionar el tratamiento del cáncer de pulmón en los próximos años.

 -¿Cuáles son los principales retos para la investigación en este campo?

-Hay múltiples retos que abarcan desde el diagnóstico al tratamiento.

-¿Cuáles son esos desafíos en lo que respecta al diagnóstico?

-Abarcan tanto el diagnóstico del cáncer clínicamente aparente como el diagnóstico precoz. En cuanto al primero, hemos tenido importantes avances, sobre todo en ecobroncoscopia, que han facilitado el diagnóstico y estadificación de muchos cánceres de pulmón avanzados sin recurrir a la cirugía.

También hay margen para la investigación en el diagnóstico precoz de la enfermedad. Ha habido una revolución en los últimos 15 años en este tema, sobre todo a raíz de los primeros estudios de la cohorte ELCAP y posteriormente del National Lung Screening Trial (NLST), un estudio norteamericano aleatorizado que demostró que la detección precoz del cáncer de pulmón es posible utilizando la TAC o escáner de baja dosis de radiación. El cribado de cáncer de pulmón puede detectar el cáncer en estadíos más tempranos y reducir la mortalidad del mismo en al menos un 20%. Esto ha hecho que en EEUU haya ya unos 900 centros acreditados para iniciar programas de detección precoz.

-¿Cómo vamos en Europa?

-En Europa vamos un poco por detrás, porque estamos esperando los resultados del estudio NELSON (Detection of lung cancer through low-dose CT screening), un ensayo clínico aleatorizado belga-holandés de detección precoz que utiliza la misma herramienta, la TAC de baja dosis. De momento, algunas sociedades médicas como la Europea de Respiratorio (ERS) ya se están pronunciando a favor del cribado de cáncer de pulmón si se realiza en centros de excelencia y de forma protocolizada.

-¿Entonces ve aún lejana la extensión de programas de detección precoz del cáncer de pulmón en España?

-La implantación de programas de cribado con TAC de baja dosis en nuestro país depende de las administraciones, tanto las autonómicas como estatales y supranacionales –la UE– que tienen que posicionarse a favor o en contra, y proporcionar los recursos necesarios. De momento, no hay ninguna iniciativa de las administraciones por llevar la detección precoz a la práctica clínica habitual a escala nacional. Hay proyectos piloto en muchos países de nuestro entorno y también nosotros estamos trabajando para que esto sea una realidad en España. Se ha redactado un documento de consenso entre varias sociedades científicas, incluidas la oncológica, la radiológica y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), para intentar avanzar en el ámbito institucional. Desde el CIBERES consideramos prioritaria esta línea de investigación con iniciativas incluidas en el plan estratégico que ahondan en el conocimiento del cribado.

-Hablaba también de retos para la investigación en el ámbito terapéutico, ¿cuáles son?

-Vamos a superar las terapéuticas basadas en la citotoxicidad, que pasan por tratar un tumor que crece rápido con fármacos tóxicos y poco selectivos. Estos fármacos a menudo tratan el tumor de forma indiscriminada afectando a las células de crecimiento rápido. Afortunadamente, en los últimos años, y cada vez de forma más acelerada, se están desarrollando terapias con dianas moleculares muy específicas, que actúan no sólo desde el punto de vista citotóxico, sino también modificando la respuesta del sistema inmune a la presencia del tumor. Históricamente el cáncer de pulmón no ha sido abordado con estas técnicas, pero ahora ya se habla de inmunoterapia y de tratamientos selectivos personalizados.

Por ejemplo, ya existen terapias con dianas moleculares muy concretas que se emplean en la práctica clínica habitual. Y cuanto más aprendemos del cáncer de pulmón y de las mutaciones que gobiernan su evolución y comportamiento, más tratamientos nuevos van apareciendo. Estamos convencidos de que esta estrategia va a cambiar de forma radical la terapia de este cáncer y su pronóstico en los próximos 10 o 15 años.

-¿Qué ventajas aporta el contar con una estructura como el CIBERES para la investigación en cáncer de pulmón?

-Las ventajas son bastante llamativas, porque desde el punto de vista de red de hospitales conecta a investigadores de diferentes ramas del conocimiento del cáncer de pulmón: oncólogos que lo tratan, neumólogos que lo diagnostican, cirujanos torácicos que lo operan… Así se consigue sumar y compartir el trabajo de gente que de otro modo trabajaría de forma independiente. Por tanto, a nivel personal es muy útil. Pero, además, también es extremadamente útil a nivel institucional, porque facilita el aunar esfuerzos de los diferentes centros para optimizar recursos y concretar líneas de investigación y prioridades. La colaboración en investigación no es un lujo, es una necesidad. Para mí el CIBERES es sinónimo de colaboración.

-¿Qué objetivos prioritarios abordan en el marco de esta línea de investigación?

-Están definidos en varios work packages en el proyecto estratégico e incluyen la estadificación del cáncer de pulmón; el análisis molecular del mismo, es decir, los estudios de técnicas de ómicas (estudios masivos de proteómica, metabolómica y genómica) que nos permiten entender mejor lo que es el cáncer de pulmón, cómo se comporta y por qué se comporta así); la detección precoz, y también los vínculos entre el cáncer de pulmón y los trastornos respiratorios del sueño.

-¿Cuáles son los principales logros hasta el momento en el marco de esta línea de investigación del CIBERES?

-Hay varias cohortes en marcha que están acabando de consolidarse. Pero quizá lo más importante haya sido nuestra aportación a la estadificación del cáncer de pulmón y al estudio molecular del mismo. Lo que probablemente aporte en el futuro serán mayores conocimientos del cáncer en sus estadíos más precoces, tanto por la cohorte de detección precoz como por el estudio de pacientes con cánceres en estadíos iniciales.

-Mencionaba la consolidación varias cohortes de pacientes para el estudio del cáncer de pulmón, ¿cómo marcha el proceso?

-Bien, aunque evidentemente algunas están más avanzadas que otras. Esto es lo normal, porque algunas ya venían de largo, con estructuras establecidas, mientras que en otras, como la de detección precoz, han empezado de cero. En cuanto a ésta, incorpora ya unos 500 pacientes y probablemente llegaremos a los mil a finales de este año. La cohorte retrospectiva ya está concluida y en fase de análisis estadístico de sus resultados, y la prospectiva va progresando bien.

-¿Empezarán pronto a presentar resultados del estudio de estas cohortes?

-De la de detección precoz se publicarán resultados preliminares dentro de poco, tanto sobre el aspecto de la selección de pacientes como sobre el impacto de los trastornos del sueño. Además, también se publicarán en breve resultados de la cohorte retrospectiva.

-¿Para el cáncer de pulmón resulta más decisivo el riesgo genético o el ambiental?

-Para el cáncer de pulmón, a diferencia de otros tipos de cáncer, claramente es determinante el riesgo ambiental. El tabaco es, sin duda, el elemento clave en la etiología del cáncer de pulmón. Tanto es así que el 90% de cánceres de pulmón están directamente relacionados con el consumo habitual de tabaco. Y dentro de los factores de riesgo ambiental, figura también la contaminación. Cada vez es más obvia la relación causa-efecto entre la contaminación ambiental –sobre todo contaminación de partículas finas– y el cáncer de pulmón. En cuanto a la predisposición genética al cáncer de pulmón, aunque es una realidad, casi siempre influye mucho la combinación con el tabaquismo. Es decir, la genética no es tan importante como puede serlo, por ejemplo, en el cáncer de mama.

-¿Cuán determinantes son las políticas preventivas para reducir la exposición a factores de riesgo ambiental?

-La clave está en esos dos aspectos que he mencionado: luchar contra el consumo de tabaco y contra la contaminación ambiental, sobre todo de partículas finas.

-¿Cómo valora la ley antitabaco en nuestro país?

-En cuanto a la prevención del tabaquismo, en Europa y Estados Unidos vamos por buen camino. En España se ha hecho un buen trabajo con la ley antitabaco. Se ha reducido el consumo de cigarrillos y la exposición pasiva al humo del tabaco con el consiguiente beneficio para los ciudadanos, no solo desde un punto de vista respiratorio, sino también cardiovascular.

-¿Tiene cifras sobre el impacto de estas medidas en la incidencia del cáncer de pulmón?

-Hay bastante evidencia de que distintos trastornos agudos que llevan a los pacientes a urgencias han disminuido en relación directa con las políticas antitabaco. En EEUU, el énfasis puesto desde hace ya muchos años en reducir el consumo ha influido muy positivamente en el descenso de la incidencia del cáncer de pulmón, sobre todo en hombres. Por lo que se refiere a las mujeres, como se incorporaron más tarde al hábito tabáquico, todavía se está registrando un incremento de la incidencia.

Imaginamos que esta mejora es atribuible en gran parte a las leyes antitabaco, aunque hay que ser cautos a la hora de otorgar todo el mérito en una iniciativa concreta, pues es un tema complejo en el que influyen distintos factores. Ahora bien, desde luego la evidencia a favor de las iniciativas legislativas encaminadas a la restricción del consumo de tabaco es notable.