El equipo de Cristina Vilaplana en la Unidad de Tuberculosis Experimental del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), en el Campus Can Ruti de Badalona, promueve y coordina un ensayo clínico internacional para recoger datos sobre la eficacia potencial de combinar dos fármacos existentes, el ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno, como terapia adyuvante a los tratamientos estándar para la tuberculosis. Se conoce que esta combinación podría disminuir notablemente la inflamación en los pulmones y, por lo tanto, mejorar la calidad de vida de los enfermos. Pero que no todos se pueden beneficiar por igual, por ello el equipo investigador utilizará los datos resultantes del ensayo para generar un algoritmo médico que les permita estratificar los pacientes y avanzar hacia un tratamiento personalizado de la tuberculosis. El estudio es parte del proyecto H2020 ‘SMA-TB’ (GA 847762), coordinado desde Can Ruti, en el que trabajan un equipo de 67 persones, desde 9 instituciones en 7 países diferentes. En el ensayo, también han participado el equipo de Farmacia del Hospital Germans Trias i Pujol, en la preparación de los tratamientos que se han enviado a los centros donde se lleva a cabo; y personal investigador del IDIAP Jordi Gol, encargados de la aleatorización del estudio clínico.
Esta semana se ha incluido el primer paciente en el ensayo clínico en Suráfrica. Se trata de un estudio en fase 2, de doble ciego aleatorio, controlado con placebo; en total durante los próximos 3 años y medio participarán 354 pacientes que están recibiendo tratamiento para la tuberculosis en la Perinatal HIV Research Unit (PHRU) en Soweto y Matlosana (Suráfrica) y en el National Center for Tuberculosis and Lung Disease (NCTLD) en Tbilisi (Georgia), dos países en los cuales la Organización Mundial de la Salud (OMS) está implementando medidas específicas de seguimiento por el alto nivel de prevalencia de tuberculosis.
El objetivo final del ensayo clínico, como parte del proyecto SMA-TB, es mejorar la gestión clínica y personalizar el tratamiento de la tuberculosis, basado en tratamientos dirigidos al huésped, unos nuevos tipos de tratamientos complementarios centrados en aumentar las defensas de los pacientes y su capacidad para luchar contra la enfermedad. “Nuestro grupo ya hace tiempo que está estudiando el uso de la aspirina y otros antiinflamatorios en este sentido. La idea principal es que ahora todos los enfermos de tuberculosis se tratan igual y, entendiendo que todos son diferentes, nosotros queremos encontrar como hacer una medicina más personalizada”, explica la Dra. Vilaplana, investigadora del IGTP y el CIBERES, y coordinadora de SMA-TB.
El tratamiento para la tuberculosis es largo y su éxito depende de la cepa de bacteria que la cause en cada caso. Son tratamientos tediosos para los pacientes y de un coste elevado para los sistemas de salud. “Si podemos utilizar estos tratamientos alternativos con éxito, podemos acortar los tiempos de tratamiento y obtener mejores resultados para los pacientes”, concluye Vilaplana.