Ministerio de Ciencia e Innovación

Estamos centrados en identificar marcadores asociados al inicio de la EPOC y a sus diferentes trayectorias de progresión

CIBER | viernes, 27 de enero de 2017

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una enfermedad claramente asociada al tabaquismo, es la tercera causa de muerte a nivel mundial, por detrás de la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular. Su prevalencia actual en España, en la población de 40 a 80 años, es del 10,2% (15,1% en varones y 5,7% en mujeres), pero existe una tasa de casos no diagnosticados demasiado elevada, del 73%. El Dr. Germán Peces-Barba coordina la Línea de Investigación en EPOC del CIBERES.

-¿Cuáles son los principales retos para la investigación en lo referente a la EPOC?

-Son múltiples los aspectos de la enfermedad que están siendo abordados por la comunidad científica. Desde el punto de vista de los mecanismos que subyacen en el desarrollo y progresión de la enfermedad, es necesario conocer más acerca de la susceptibilidad de un fumador para iniciar la enfermedad, de las formas clínicas con que ésta puede presentarse y de las causas que condicionan la progresión a las fases más graves. No menos importante es poder avanzar en el tratamiento. Disponemos de fármacos muy útiles en la mejoría de los síntomas de los pacientes, pero no podemos detener la progresión de la enfermedad ni revertir el daño pulmonar producido, que en muchos casos llega a ser más grave y limitante para los pacientes.

-¿Qué ventajas aporta el contar con una estructura como el CIBERES para la investigación en EPOC?

-Fundamentalmente aporta la capacidad de trabajar diferentes equipos dentro de una red común. Ahora no se concibe una investigación independiente de equipos aislados. Debemos abordar el problema acercándonos desde diferentes disciplinas. De esta manera tenemos una visión más global y, posiblemente, más acertada del tema. En este sentido, la línea de trabajo en EPOC del CIBERES disfruta de una posición ventajosa, porque reúne equipos multidisciplinarios de investigación básica y de investigación clínica que facilita la traslación de los resultados de investigación a nuestros pacientes.

-¿Qué objetivos prioritarios abordan en el marco de esta línea de investigación?

-El proyecto estratégico de esta línea de investigación va dirigido a la identificación de diferentes niveles de actividad existentes en la enfermedad y su posible relación con los diferentes grupos de progresión detectados, también conocidos como “trayectorias” que conducen a diferentes niveles de gravedad de la enfermedad. La identificación de estas “trayectorias” constituye el objetivo principal de nuestra línea de investigación. Pensamos que pueden existir múltiples indicadores o marcadores que puedan definir cada trayectoria, por lo que estamos aplicando un abordaje múltiple que incluye estudios genéticos, moleculares, microbiológicos y clínicos.

-¿Cuáles son los principales hitos logrados hasta el momento en el marco de esta línea de investigación del CIBERES?

-Como decimos, la línea se estructura en torno al estudio de las “trayectorias” mencionadas, en cuya descripción han participado investigadores del grupo 10 que dirige el Dr. Alvar Agustí en el Hospital Clínic de Barcelona. Hemos diseñado y desarrollado dos grandes cohortes de sujetos con la intención de ayudarnos a identificar puntos de referencia en la identificación de cada trayectoria. Una cohorte de población joven (Cohorte Early EPOC), que trata de dar respuesta a los mecanismos de inicio y desarrollo de la enfermedad en fumadores y una cohorte de casos de EPOC en fases más avanzadas (Cohorte DELICATO-BIOMEPOC), que trata de dar respuesta a las causas de progresión a las formas más graves.

-¿Cómo están contribuyendo los investigadores del CIBERES al mejor conocimiento de la historia natural de esta enfermedad?

-El concepto que teníamos de la historia natural de la EPOC se ha replanteado a raíz de la identificación de las “trayectorias” que hacen que un determinado paciente pueda o no llegar a tener más o menos gravedad o permanecer estabilizado, sin deteriorarse. Por ahora, no es posible saber con antelación la posible evolución que un paciente pueda tener. Pues bien, los estudios de la línea de EPOC van dirigidos precisamente a poder definir en qué punto de su enfermedad se encuentra un determinado paciente y lo que cabe esperar que le suceda en el futuro con esta enfermedad.

-Investigadores del CIBERES han presentado los resultados de un estudio que concluía que el desarrollo anormal del pulmón en los primeros años de vida predispone a la EPOC, ¿qué peso tiene este factor de riesgo en comparación con el que puede tener el tabaquismo?

-Gracias a este hallazgo que menciona, en el que han contribuido investigadores del CIBERES, ahora sabemos que llegar a la edad adulta con un menor desarrollo pulmonar condiciona tener una posición de desventaja para los sujetos que lo presentan, ya que el tabaquismo o cualquier otra exposición de riesgo puede acercarles antes al desarrollo de la EPOC. El problema es que, en la vida real, podemos encontrarnos con un determinado paciente de EPOC en una edad intermedia de su vida y no somos capaces de identificar si ha seguido una trayectoria que partía de un desarrollo pulmonar completo o no. Como antes comentábamos, sería muy importante identificar los casos que parten desde situaciones menos ventajosas para centrar sobre ellos un mayor nivel de atención y de prevención de los riesgos.

-Se han creado dos cohortes de pacientes con el objetivo de estudiar la EPOC precoz y la EPOC en su fase más frágil, ¿qué avances está trayendo el estudio de estas cohortes?

-Las cohortes se mantienen activas en cuanto a la incorporación de nuevos casos y en cuanto al seguimiento longitudinal de las mismas en el tiempo. A lo largo del año de 2016 se han comenzado a tener los primeros resultados procedentes de las muestras de sangre y de esputo de estas cohortes, que ahora se encuentran en fase de análisis. Esperamos de estos resultados poder tener una buena aproximación para la identificación de las trayectorias mencionadas que existen en esta enfermedad.

-¿Cuáles son los principales retos en lo relativo al diagnóstico de la enfermedad?

-Si hablamos de diagnóstico, el principal reto sigue siendo poder mejorar la elevada tasa de infradiagnósticos que existe. Según los datos epidemiológicos que tenemos de España, el 73% de los casos de EPOC no están diagnosticados y muchos de ellos llegan a diagnosticarse en las fases avanzadas de la enfermedad, cuando la prevención ya tiene menor importancia. Diagnosticamos la EPOC por la presencia de antecedentes de riesgo, principalmente tabaquismo, síntomas respiratorios y espirometría obstructiva. El acceso a la primera espirometría, aunque es aparentemente sencillo, no está por ahora por ahora suficientemente implantado en nuestro medio. Hay que avanzar en este campo, pero también en la posibilidad de disponer de otros indicadores que faciliten el diagnóstico. La cohorte Early EPOC y la colaboración que tiene el CIBERES con la cohorte PESA del CNIC contemplan también este objetivo.

-¿Qué tipo de biomarcadores serían más interesantes o considera prioritarios para el mejor abordaje de la enfermedad?

-La investigación básica y clínica con frecuencia identifica nuevos marcadores que están presentes en la enfermedad o que se asocian a un perfil determinado de la misma, pero un biomarcador “clave” sería aquél que fuera capaz de responder fielmente a las preguntas “clave” de la investigación en la EPOC, como podrían ser los mecanismos presentes en el inicio de la enfermedad, en una progresión leve o grave, en una predicción de respuesta al tratamiento, por ejemplo. También consideramos clave los marcadores que puedan ayudarnos a identificar las trayectorias existentes para llegar a tener EPOC. Las grandes plataformas de análisis masivos de datos de genómica o transcriptómica actualmente activas en este tema pueden ayudarnos a avanzar.

-Investigadores del CIBERES han estudiado cambios en el microbioma bronquial y su relación con el desarrollo de la EPOC, ¿qué conclusiones han extraído?

-Entendemos que, en la EPOC, como en muchas otras enfermedades, es difícil que un marcador concreto pueda llegar en sí mismo a ser clave. En cambio, es más posible que sea un conjunto de estos marcadores los que puedan ayudarnos a identificar patrones de la enfermedad. En este sentido, el microbioma juega un papel importante en esta enfermedad, donde la presencia de exacerbaciones condiciona una peor supervivencia.

En la actualidad estamos realizando un análisis preliminar del microbioma de la EPOC basado en la secuenciación de genes ribosomales. Este procedimiento será realizado a continuación en las muestras de las cohortes mencionadas y los resultados se integrarán en el conjunto de marcadores dirigidos a la identificación delas trayectorias de la enfermedad.

-¿Cuentan con estudios prometedores de cara a obtener nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de EPOC?

-La línea de investigación en EPOC del CIBERES cuenta con un subestudio experimental realizado en modelos animales. En este subestudio se han probado con éxito dos nuevos procedimientos terapéuticos que han demostrado un resultado prometedor, potencialmente aplicable en pacientes. La Guanilato ciclasa y el factor de crecimiento LGF han sido probados por separado en los modelos animales de EPOC y muestran un beneficio que consideramos complementario al que ahora se obtiene con los resultados de los tratamientos disponibles en los pacientes con EPOC. Esta línea será continuada hasta intentar llegar a su desarrollo en los pacientes.

-Investigan también en la relación entre EPOC, enfisema y cáncer de pulmón, ¿qué trabajos tienen en marcha en esta línea?

-Sí. En colaboración con la línea de cáncer, también del CIBERES, existe un estudio de colaboración en la detección precoz del cáncer de pulmón, que contempla la recogida de muestras de los pacientes encaminadas a la detección de marcadores de detección precoz y de predicción del desarrollo de cáncer de pulmón en pacientes con EPOC, principalmente en aquellos casos que asocian mayor presencia de enfisema.

-También se ha avanzado en técnicas de imagen aplicadas a EPOC, ¿qué permiten los avances en este campo?

-Así es. La TAC torácica, técnica de diagnóstico por imagen del enfisema pulmonar, está ampliamente difundida en la clínica, pero su análisis se dirige fundamentalmente a una valoración cualitativa del enfisema. En el CIBERES, estamos desarrollando nuevos algoritmos de análisis de la imagen de TAC que van dirigidos a un diagnóstico cuantitativo de la extensión del enfisema y de una detección muy sensible de su posible progresión.

-¿Hacia dónde cree que caminarán las terapias para tratar la EPOC?

-Todos los objetivos de la línea de investigación en EPOC del CIBERES van encaminados a un mismo fin, mejorar la vida de las personas que padecen esta enfermedad. Una identificación precoz de la enfermedad y de su posible trayectoria nos permitirá introducir tratamientos más precozmente, así como mecanismos de prevención que pueden controlar mejor la progresión. Pero cuando la enfermedad alcanza sus fases más graves, necesitamos algo más, necesitamos poder revertir el daño pulmonar existente, verdadero reto para el futuro tratamiento de la EPOC.