La revisión científica advierte que los cambios que experimenta la flora del sistema respiratorio por culpa de la polución aumentan el riesgo de sufrir una infección hospitalaria por organismos multirresistentes.
Investigadores del grupo de Innovación en la Neumonía y Sepsis de Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) han liderado una revisión científica sobre cómo afecta la contaminación a la flora habitual del sistema respiratorio, el conocido como microbioma pulmonar, que se ha publicado al Intensive and Critical Care Nursing. Los autores han revisado todas las publicaciones sobre este tema realizadas entre el 2016 y el 2022 en todo el mundo, un total de 16 estudios originales. Los resultados muestran una relación clara entre la exposición a la polución y los cambios en el microbioma presente al sistema respiratorio. Estas modificaciones se pueden asociar a un mayor riesgo de sufrir una infección hospitalaria por organismos multirresistentes en los pacientes requieren ventilación mecánica.
A pesar de que, los estudios muestran un vínculo claro entre la polución y los cambios en el microbioma de las vías respiratorias, determinar exactamente qué contaminantes provocan qué modificaciones es complicado. La dificultad rae en el hecho que dentro el concepto “contaminación” se engloba una cantidad muy diversa de partículas y gases, la medición de los cuales no está sistematizada entre los diferentes estudios. Aun así, se han podido determinar unas tendencias generales que se cumplían en todas las edades. En general, las personas que respiraban aire con altos niveles de contaminación experimentaban una reducción de la microbiota potencialmente protectora, (como los organismos de la familia de los corinebacterios), al mismo tiempo que aumentaba la incidencia de bacterias patógenas. Esta alteración de la microbiota habitual dentro del organismo se denomina disbiosis.
Algunas de las bacterias patógenas identificadas están directamente relacionadas con el inicio o el empeoramiento de enfermedades como la Neumonía Asociada el Ventilador (VAP) o el Síndrome Dificultad Respiratoria Aguda (ARDS), también denominado “pulmón de shock”. Dos de las complicaciones más comunes en las personas que requieren ventilación mecánica.
Este estudio es “una pieza más del puzle de la estrategia de prevención de infecciones llamada One Health, donde se propugna una interacción interdependiente entre humanos, animales y el medio ambiente”, explica Jordi Rello, jefe del grupo de Innovación en la Neumonía y Sepsis del VHIR y del Nodo 18 del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y autor del estudio. El primer paso sería que cuando un paciente llegué al hospital con problemas respiratorios se pueda evaluar según sus circunstancias vitales (lugar de residencia...) la probabilidad que tenga disbiosis. El Dr Rello afirma que: "Identificar los pacientes con la flora alterada puede ser clave para implementar una estrategia de prevención efectiva basada en la normalización de su microbioma". Una vez seleccionados, el tratamiento principal consistiría en la administración de probióticos para revertir los cambios ocasionados por la polución ambiental y, por lo tanto, reducir el riesgo de complicaciones.
Aparte de medidas en el sistema hospitalario, también hay estrategias para la población general. Una de las publicaciones demostró la eficacia de implementar el uso de equipos de protección personal, como son las mascarillas, en ambientes o ciudades de alta polución a la hora de preservar la flora pulmonar habitual. El estudio se hizo en países de la Asia donde esta práctica es usual.
A pesar de todo, los autores estresan que estas estrategias no dan soluciones a largo plazo ni definitivas, y que la única medida definitiva para mantener un microbioma pulmonar saludable es reducir la polución ambiental
Referencia del artículo:
Impact of air pollution on respiratory microbiome: A narrative review